sábado, 1 de febrero de 2014

EL PAGADOR DE PROMESAS, por Roumiana Deltcheva


Se basa en la obra del dramaturgo brasileño Alfredo Dias Gomes y es una parábola sobre la fe incondicional ante la adversidad. La trama gira en torno a Zé do Burr (Leonardo Villar), un granjero simplón que quiere cumplir la promesa a un espíritu que según el ha salvado la vida de su burro. Zé y su esposa Rosa (Glória Menezes) viven en una granja a cinco kilómetros de Salvador. En el contexto de la espiritualidad brasileña,  Salvador simboliza un espacio religioso donde los rituales católilcos y paganos africanos se unen en  un positivo conjunto. 

Después de la milagrosa recuperación del burro, Zé sale de pergrinaje con una gran cruz a cuesta que quiere colocar en la iglesia de Santa Bárbara. Su deseo se topa con la  intransigencia del cura Olavo (Dionisio Azevedo), que le prohibe entrar. La  ingenuidad de Zé es explotada por personajes sin escrúpulos.  Tan cruel es el retrato de la condición humana que es fácil comprender por qué el mejor amigo de Zé es un burro.

O pagador de promessas es una inequívoca acusación contra la intolerancia de la iglesia católica comparada con la libertad frente a los prejuicios que define la sensibilidad brasileña, y tiene un final trágico que es cruel, triste y hermoso. Nominada como mejor película de habla no inglesa a los premios de la Academia, su mayor triunfo fue la Plama de Oro en el Festival de Cine de Cannes.


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